Texto defendido en el V Congreso Internacional Lope de Vega (2005)
organizado por la Universidad Autónoma de Barcelona y el Grupo Prolope
I. Introducción
En este trabajo pretendo acercarme a la comedia de Lope cuyo título da nombre a mi comunicación para añadir otra nota al capítulo de la historia de la literatura que intenta dar cuenta de cómo nuestros clásicos españoles se acercaron al tratamiento de los grandes mitos griegos. En este caso en concreto estamos ante una relectura del Mito griego de Jasón y Medea, mito que, por otra parte cuenta con una versión en prácticamente todas las culturas.
Los temas en los que me centraré serán fundamentalmente dos:
• Dar cuenta de la herencia clásica que pervive en la obra de Lope, prestando especial atención a las fuentes griegas.
• Tomando como ejemplo esta obra de Lope y otra de Calderón, La estatua de Prometeo, trataré de establecer cómo nuestros dos geniales clásicos realizaron una labor de recuperación de dos de las más terribles heroínas del mundo antiguo.
Permítanme que antes de continuar con el tema y con vistas a prevenir objeciones futuras, que podrían tener su raíz ya en el mismo tema de la comunicación, diré que podría pensarse que en un análisis serio de la obra de Lope a nada ha de ser traído el texto de Eurípides que se centra en la vertiente corintia del Mito, sin duda la más trágica, mientras que Lope, Apolonio, Píndaro se centran en el ciclo que abarca desde la partida de Jasón hasta su vuelta a Yolcos con el vellocino para recuperar el trono usurpado por Pelias, con la terrible ayuda de Medea. Me van a permitir que deje para más adelante este tema pero les indico ya que la aparición de Eurípides y su Medea no es algo tan descabellado ni tan carente de sentido en esta intervención. En este sentido, difiero con reservas y prudencia, de lo manifestado por Andrés Pociña:
“La concepción del tema por Lope de Vega difiere por tanto de la clásica, y sería absurdo, por ejemplo, comparar su comedia con las tragedias de Eurípides o de Séneca, cosa que, por fortuna, queda impedida por el hecho de que las secuencias de la leyenda dramatizadas son distintas, ya que los trágicos clásicos se centran, como es de sobra sabido, en los acontecimientos de Corinto”.
Dicha objeción pierde algo de peso cuando de lo que se trata es de centrarnos en el personaje de Medea, en su construcción diacrónica y en su significado.
La Medea que pasó a la historia de la literatura occidental y que aún hoy sigue siendo objeto de revisiones y reescrituras es, sobre todo, la de Eurípides. Esa madre homicida ha calado hondo en la historia occidental y se ha instalado en nuestro imaginario colectivo como símbolo de destrucción del ideal de la maternidad. Y esto era así cuando Lope se pone a elaborar su relato, lo cual a mi parecer es absolutamente revelador, pero como ya dije, me van a permitir que relegue este tema, que ocupa el lugar principal en mi comunicación, para el final.